viernes, 25 de julio de 2008

La Señal de la Cruz

LA SEÑAL DE LA SANTA CRUZ
Para iniciarnos en la Fe Católica es preciso saber como persignarse, ya que la señal de la Cruz es un testimonio visible de nuestra Fe, y una consagración a la Santisima Trinidad.
En la Iglesia Católica la señal de la cruz ha sido un uso distintivo de los Cristianos creyentes en las Tres Divinas Personas en Dios y del Bautismo.

Forma de hacerlo

En la Iglesia Latina o Romana suele colocarse los dedos de diferente forma para hacer la señal de la cruz. Por ejemplo, los latinos empleamos la mano derecha, colocando los dedos índice doblado detrás del pulgar, para formar una cruz. Y los tres dedos restantes se dejan extendidos y juntos, los cuales representan a la Santísima Trinidad a la cual adoramos y encomendamos nuestras vidas.

Las
Iglesias orientales, en especial los Católicos y Ortodoxos de Rito Bizantino, juntan los dedos índice, medio y pulgar de la mano derecha (representan el Padre, el Hijo y el Espíritu de Santidad, las tres realidades del Único Dios). Los dedos anular y meñique se dobla
n (representan las dos naturalezas del Mesías: verdarero Dios y verdadero Hombre).


1- ASPECTO TEOLÓGICO DE LA SEÑAL DE LA CRUZ

En la Iglesia Latina el pulgar y el índice cruzados representan las dos naturalezas de Cristo, Humana y Divina, y nos recuerdan lo que nuestro Señor nos dice: "El que quiera seguirme, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame" . (Mc 8,34). También representan que Jesucristo es el principio y fin de nuestras vidas, el cual llevamos siempre en lo mas alto (en la frente) como una verdadera confesión de nuestra Fe en el Salvador.
La señal de la cruz nos da fuerza para rechazar y vencer el mal. Tenemos que hacerlo correctamente, sin apuro, respetuosamente y conscientemente del acto que significa el persignarse. En caso contrario estamos demostrando: falta de interés y negligencia al hacerlo, de esta manera sólo estamos logrando que los diablos se alegren por nuestra irreverencia.
Debemos persignarnos: al iniciar, durante y al final de una oración; al reverenciar las sagradas imagenes; al entrar y salir de la Iglesia; al besar la vivificante Cruz; también hay que hacerlo en los momentos críticos de nuestras vidas, en alegrías y pena, en dolor y congoja; antes y después de las comidas.
Cuando nos persignamos debemos hacerlo repitiendo mentalmente: "En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén." Así demostramos nuestra fe en la Santísima Trinidad. En nuestro deseo de vivir y trabajar para la gloria de Dios. La palabra Amén significa: "De verdad" o "Así sea."
En las Iglesias Orientales en especial el Rito Bizantino, para persignarse se colocan los tres dedos primeros, pulgar, indice, y medio juntos, lo que representa nuestra fe en la Santisima Trinidad, Dios Padre, Dios Hijo, y Dios Espiritu Santo. Mientras que los dos dedos doblados significan que el Hijo de Dios bajo a la Tierra siendo Dios, y se hizo hombre, demostrándonos sus dos naturalezas humana y Divina.

EN OCCIDENTE

Al iniciar con la señal de la cruz, empezamos en la frente que significa santificar nuestra mente, y que seamos preservados de los malos pensamientos.
Inmediatamente en la boca, para que todo lo que salga de nuestra boca sea para la Gloria de Dios, y seamos preservados de maldecir al prójimo.
Luego sigue el Pecho, que es para santificar nuestros sentimientos interiores, nuestro corazón y seamos preservados de guardar odios y rencores.
Después Hombro, derecho, y después al Izquierdo, para santificar nuestras formas corporales, y Cristo sea el camino que nos guié en los cuatro puntos cardinales de nuestras vidas.

EN ORIENTE

En oriente no se acostumbra hacer la cruz en la Boca.

2.- REFLEXIÓN ESPIRITUAL SOBRE LA SEÑAL DE LA CRUZ

La Señal de la Cruz se hace tocando la frente, la boca, el pecho y los dos hombros. Todo empieza con el Verbo, el Pensamiento: el frente; pero antes del corazón esta las palabras, pero el pensamiento debe bajar al corazón, ser vencido, hacerse nuestro: el pecho; tan pronto como el pensamiento es asimilado por el corazón, surge la acción: la mano toca los dos hombros. Invertir este proceso y lanzarse a la acción sin antes haberla pasado por el pensamiento y vivido en el corazón, lleva a un activismo animado por intenciones excelentes, pero con resultados catastróficos.

UNA TRADICIÓN INMEMORIAL

La Señal de la Cruz es una práctica de todos los cristianos, desde los primeros siglos tanto en Occidente como en el Oriente. Esta manera antiquísima en el seno de la Iglesia Católica expresa de manera simple y lógica la doctrina trinitaria, puesto que el cristiano cuando pone sus dedos en la frente al pecho, lo hace diciendo en nombre del padre, cuando se dirige al hombro derecho, "del hijo", y al hombro izquierdo "del Espiritu Santo".
La vida de un cristiano siempre debe estar marcada por la señal o el signo de la cruz. Los primeros cristianos se bautizaban persignándose. De hecho, el Santo Apóstol Juan antes de su muerte dibujó una cruz sobre su cabeza con la mano. En las actas de San Afri se relata que cierta vez un pagano le dijo a San Narquis y a su diácono: "Sé que son cristianos ya que con frecuencia signan su frente con la cruz."
Era de esta manera que de una forma externa transmitían su fe en la salvación obtenida gracias a la muerte de Jesucristo en la cruz. Ya en tiempos de los apóstoles se comenzaba todo acto con la señal de la cruz. Al entrar al templo, los cristianos se persignaban. Hacían lo mismo al comenzar y al finalizar las oraciones. El sacerdote se persignaba al comenzar el sermón. Con la señal de la cruz se comenzaba cualquier oficio de la Iglesia: la bendición, la santificación, etc. Tertuliano en el año 250 DC., escribe que los cristianos se persignaban durante todas sus ocupaciones




1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola: Me gustaría mucho saber ¿cuál es la razón por la cual los católicos romanos se persignan de derecha a izquierda y los ortodoxos de izquierda a derecha cuando se menciona al Espíritu Santo?

San Pío X

"porque los verdaderos amigos del pueblo no son ni revolucionarios ni innovadores, sino tradicionalistas" (Enciclica Notre Charge Apostolique)