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Podemos comprender las medidas tomadas por diversos organismos, como lo es la secretaria de Salud, para evitar que esta gripe, siga afectado a mas personas. Pero no se puede comprender como los Pastores de almas, que deben preocuparse por la salud espiritual de los fieles, y de procurar que Nuestro Señor sea Glorificado en todo lugar, no se preocupan por los desprecios contra Su Señor, al que dicen servir. ¿Que hacen los Obispos de México para evitar tantas irreverencias a Nuestro Señor en las sagradas especies?. ¿Acaso un mal tan grande, como lo es la comunión en la mano, sacrilegio autorizado, no trae peores consecuencias?. "El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él” (Jn 3,36).
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La recepción de esta practica, ha creado cierta confusión y pesar en gran parte de los fieles católicos, que se preguntan (Ver pregunta), ¿Como es posible, que siendo indigno, toque el Cuerpo de Cristo con mis manos?. Un sacerdote redentorista, durante una platica afirmaba que "la comunión en la mano" es un buen signo de madurez cristiana. ¿ ?, otros no dudan en afirmar que tal practica, es un gran paso para dejar en el pasado la concepción "medieval" del Ser Supremo, y acercar a Dios al pueblo sencillo. Ellos definitivamente no desean abrir sus ojos a la verdad, como reza la sentencia del Papa San León Magno: "Se recibe en la boca lo que se cree por la Fe".
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LOS OBISPOS DE MÉXICO: ¡CUIDEMOS QUE EL PUEBLO NO SE CONTAGIE!.. PERO PROFANEMOS AL SANTÍSIMO.
La comunión en la mano ya es una practica regular en este país, y la influenza ha sido el gran pretexto para introducir este sacrílego uso en los aun católicos, que se siguen preguntando ¿hasta cuando esta medida?. En estos momentos son pocos los sacerdotes que administran la comunión en la boca, como es debido, otros consideran que es opcional el recibirla en la boca o en la mano. Incluso hay parroquias donde se esta "Catequizando" a los inadaptados que consideran que no es propio tomar el Cuerpo del Señor con las manos.
Ante tal situación es una necesidad preguntarle a los Obispos de México, ¿que duración tendrá dicha medida?, o mejor dicho, si concluyeran las medidas contra la Influenza. ¿La Jerarquía mexicana emitirá un documento donde se reestablezca la comunión únicamente en la boca?. Porque si analizamos la cuestión, nos daremos cuenta que los modernistas están muy a gusto con tal practica, y no dudarán en seguir administrando la comunión en la mano, hasta disminuir la poca fe en la presencia real de Nuestro Señor que existe en los católicos mexicanos.
Vale la pena mencionar el acertado comentario que hiciera la Asociación Una Voce Malaga, respecto a las medidas "de higiene y seguridad" que los obispos han adoptado: “¿Alguien ha tomado alguna gripe comulgando o en la pila de agua bendita?. ¿Es más grave esta gripe que una hepatitis, por ejemplo?. No entendemos que la Iglesia se ocupe de algo que no sea la salud espiritual. Por esa regla, que los obispos andaluces recomienden a los ancianos no ir a misa en agosto, no sea que les dé un golpe de calor. Y los párrocos gallegos que recomienden a los fieles no coger el coche cuando llueve, no vayan a tener un accidente. A un minusválido tampoco le ayudaremos a bajar los escalones de la catedral, no nos vaya a contagiar algo. Y, ya puestos, mejor que ni vayamos a misa, así hay más profilaxis”.
Estos Obispos "preocupados" por la salud de su rebaño, ¿se acordaran despues de 45 años de aggiornamiento, del acto de desagravio al Sagrado Corazón de Jesús?
Toda criatura debe dar gloria a Dios según su propia naturaleza. En el hombre su naturaleza es la de ser unión de cuerpo y alma; por lo que el culto debido a Dios no se limita al alma; así, la actitud exterior del cuerpo manifiesta y facilita la disposición interior del alma.
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Si contemplamos con espíritu católico el Pesebre podemos reflexionar el porqué se representa a la Santísima Virgen de rodillas ante Su Divino Hijo y saber que en la Eucaristía, en la más mínima partícula, está El mismo con su Cuerpo, Alma y Divinidad, ante el cual no somos dignos ni siquiera de acercarnos y si su amor por la criatura lo llevó no sólo a hacerse hombre sino hostia, no significa que le podamos negar las muestras mínimas de adoración, amor y respeto, a este respecto todo lo que hagamos es poco. Si el sacerdote puede tomarlo con la mano para darlo es por que sus manos han sido ungidas y esa es su misión (dar lo sagrado-Sacer Dos).
LA IRREVERENCIA.
La irreverencia y la liviandad generalizadas con que se trata la Eucaristía en nuestros días es algo inédito en la Iglesia y han degenerado en esa falta de respeto que significa el “self-service” organizado en algunas ceremonias. Sí, comunión de pié, en la mano, mojando la Hostia en el Cáliz, el no preocuparse de las partículas que caen en el suelo, etc., etc. ha creado un clima de desacralización que unido a la poca preocupación por el estudio del más elemental catecismo, contribuye fuertemente a la paulatina, pero inexorable perdida de fe, especialmente en las nuevas generaciones que en su mayoría sólo tienen la noción de lo que ven.
Un comunista, que le explicaron lo que enseña la Fe Católica al respecto de la Eucaristía, dijo: “No creo lo que ustedes dicen, pero si lo creyera, andaría de rodillas en su iglesia”.
En el documento Eucharisticum mysterium (Instrucción sobre la adoración del Misterio Eucarístico), la Sagrada Congregación de los Ritos establece que: “DE ACUERDO A LAS COSTUMBRES de la Iglesia, los fieles pueden recibir la comunión tanto arrodillados como parados...” En este documento y el los otros, cuando se habla de lo que se permite se establece que es según las costumbres de la Iglesia; ahora bien, canónicamente sólo se considera COSTUMBRE la práctica que con anuencia de la jerarquía y pacíficamente, es decir sin resistencia alguna, se haya practicado por espacio mínimo de 30 años; por lo tanto está fuera de la misma norma Litúrgica positiva la imposición actual que se ejerce en muchos lugares para recibir y tratar la Santa Comunión.
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