viernes, 9 de enero de 2009

Operación Supervivencia

Operación Supervivencia
"Todo esto durará lo que Dios tenga previsto, no me pertenece el saber cuándo obtendrá de nuevo la Tradición sus derechos en Roma, pero juzgo que es mi deber aportar los medios para llevar a cabo lo que llamaré operación “supervivencia”, operación “supervivencia” de la Tradición. Esta jornada de hoy es la operación “supervivencia”. Y si hubiera hecho esa otra operación con Roma siguiendo los acuerdos que habíamos firmado y poniendo en práctica a continuación estos acuerdos, haría la operación “suicidio”. Así pues, no hay elección: ¡de­bemos sobrevivir! Y por eso hoy, al consagrar a estos obispos, estoy persuadido de continuar, de hacer vivir la Tradición, es decir, la Iglesia Católica
Saben bien, queridos hermanos, que no puede haber sacerdotes sin obispos. Todos esos seminaristas aquí presentes, si mañana me llama Dios, lo que sin duda no tardará, ¿de quién recibirán el sacramento del orden? ¿De los obispos conciliares cuyos sacramentos son dudosos ya que no se sabe exactamente cuáles son sus intenciones? No es posible. Así pues, ¿quiénes son los obispos que han guardado verdaderamente la Tradición, que han guardado los sacramentos tales co­mo la Iglesia los ha administrado desde hace veinte siglos hasta el Concilio Vaticano II? "

(Mons. Lefebvre, Sermón de 1988)


"Recen con insistencia, pidiendo a nuestro Padre Celestial que ponga fin a tan malvados tiempos, por el amor del Corazón Eucarístico de mi Santísimo Hijo, y para enviar a esta Iglesia al prelado, mi muy amado hijo, a quien mi Santísimo Hijo y yo amamos con amor de predilección, quien existe para revivir el espíritu de los sacerdotes, por lo que lo dotaremos con habilidades, humildad de corazón, docilidad hacia las inspiraciones divinas, fortaleza para defender los derechos de la Iglesia y un tierno y compasivo corazón para que, como otro Cristo, pueda asistir al grande y al pequeño sin desdén por los más desgraciados que vengan, con dudas y amargura, a buscar la luz de su consejo; y así, con divina suavidad, el podrá guiar a las almas consagradas al servicio divino en los claustros, sin hacer el yugo del Señor pesado para ellos, porque El Mismo dijo: "Mi yugo es dulce y mi carga es liviana". En sus manos será puesta la jerarquía del santuario para que todo pueda ser echo con peso y mesura, y así Dios será glorificado..."

(Nuestra Señora del buen Suceso a la Madre Mariana de Jesús Torres en Quito Ecuador- 1634)

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San Pío X

"porque los verdaderos amigos del pueblo no son ni revolucionarios ni innovadores, sino tradicionalistas" (Enciclica Notre Charge Apostolique)